jueves, 26 de julio de 2007

Isla de Pascua





A más de 3.700 km. de Valparaíso, constituyéndose como la porción de tierra más lejos del continente, Isla de Pascua, conocida como "el ombligo del mundo", emerge en medio de la soledad del Océano Pacífico. De forma triangular y origen volcánico posee un relieve irregular con costas abruptas que dificulta el asentamiento humano en algunos sectores y hace que los habitantes se concentren principalmente en los poblados de Hanga Roa, su capital, y Mataveri. Declarada patrimonio universal por encontrarse en ella el misterio cultural de los moais, Rapa Nui - nombre originario- representa la diversidad del territorio chileno y también de su gente.

Tapati Rapa-Nui.

Los pascuenses están dotados de un extraordinario sentido artístico que se evidencia en sus manifestaciones folklóricas. Cuando llegan los primeros navegantes a la isla encuentran a sus habitantes completamente desnudos con sus cuerpos hermosamente tatuados y ornamentados. Desde la antiguedad sus costumbres han privilegiado la danza y el canto como elemento de expresión de sus sentires siendo utilizado éste último como un fuerte vehículo comunicacional. Los cantos Riu y de ate, por ejemplo, eran interpretados sentidamente tanto para expresar sus acontecimientos más trágicos como para testimoniar sus relaciones amorosas. No obstante, en los tiempos modernos Isla de Pascua ha sido poderosamente influenciada por la cultura polinésica, especialmente por Tahíti. Así se han incorporado danzas que hoy representan Rapa Nui como son el sau sau, que según los estudiosos es una danza-canción que proviene de Samoa, y el tamuré, danza de eróticos movimientos de caderas y brazos que denota la desenvoltura del espíritu isleño polinésico.

martes, 24 de julio de 2007

CARNAVAL AYMARA


Los pequeños poblados altiplánicos, en la Cordillera de Los Andes, se encuentran habitados mayoritariamente por indígenas aymaras cuyas vivas tradiciones se remontan desde la época del gran imperio incaico. Una de ellas es el carnaval que representa la dimensión fundamental de la cultura cual es la fiesta. El tiempo de la fiesta es intensivo y no extensivo, es un no tiempo donde la experiencia instantánea es de una simultaneidad sobrecogedora que da a probar algo de la eternidad de los dioses. “Carnaval” en castellano, "Pukllai" en Quechua, "Anata" en Aymara, ya sea como súplica a la Pachamama y Janajpacha (madre tierra), por la cosecha recogida y la del año que comienza, por la limpieza de los canales o el floreo de sus animales ; los habitantes del altiplano extasiados en el momento, confundidos con el ritmo y el devenir puro captan por una vez la esencia pura de su existir.

La música está presente en la mayoría de las actividades comunitarias del pueblo aymara puesto que “rige la interacción social de los grupos, ordena las actividades productivas y afirma la diferenciación sexual.”. Los instrumentos musicales son elementos consagrados en lugares concebidos como sereno (agua “que suena”) para potenciarlos en su misión de ordenar el mundo a través de sus signos abstractos. De allí que el noble material con que se construyen proviene de la Pachamama: las cañas especiales traídas de Bolivia para la fabricación de las zampoñas, lichiguayos y lacas, el cuero de llamos y la madera de los valles para los tambores; y también los atuendos que los ejecutantes -exclusivamente varones- deben usar en las ceremonias establecidas, por ejemplo, las plumas de sirus (avestruz) y de parinas (flamencos andinos) para los tocados de los sicuris.

Es muy tradicional en los carnavales andinos la aparición del Carnavalón, personaje elegido por la comunidad que juguetea y hace travesuras en las calles. Llega enmascarado buscando diversión y contagiar el entusiasmo a los concurrentes. Al término de la fiesta se despide (callarpaya) con la esperanza de volver el próximo año.

lunes, 23 de julio de 2007

Fiesta de la Tirana


En un pequeño poblado llamado La Tirana, en plena Pampa del Tamarugal, a 1.010 mts. de altura y a 84 kms. del puerto de Iquique, se realiza una de las fiestas religiosas más importantes del país: La veneración a la Virgen del Carmen de La Tirana. A partir de una leyenda que protagoniza una princesa inca (Ñusta Huillac) con un soldado español (Vasco de Almeyda) en el siglo XVI, se sincretiza rito indígena con devoción católica constituyéndose una tradición religiosa colectiva que pervive con mucha fuerza hasta nuestros días. La singularidad de esta fiesta de devoción radica en los miles de promesantes que profesan su fe a través de la música y el baile. Agrupados en sociedades religiosas de danzas de diferente raíz, los integrantes se preparan durante todo el año para mostrar sus mejores ropajes y atavíos, y sus cada vez más complejas coreografías.
Los bailes más antiguos y tradicionales de La Tirana son los chinos, cullacas, lacas, pastoras, morenos y chunchos . Con el paso del tiempo aparecen muchas otras, entre ellas, gitanos, pieles rojas, dakotas, siux, etc. Con influencias de las cofradías de Bolivia, en especial de Oruro, que llegan al Santuario cada 16 de julio para bailarle a la virgen, se incorporan la diablada (1957) que toma características propias (no obstante a principios de siglo promesantes solitarios visten de diablos) luego sambos caporales, antahuaras, kallahuayas, figurines (promesantes individuales) y cuyahuas, entre otros. La aparición de estos nuevos bailes constituye una dinámica social que evidencia la vigencia de esta fiesta que en la actualidad cuenta con más de doscientos grupos participantes.

Huasos


Las tradiciones campesinas del valle central están colmadas de poesía y música. La valiosa herencia hispánica en la poesía popular chilena se ve reflejada en las formas de la canción campesina: la tonada ; el canto a lo humano y lo divino, llamado también canto a lo pueta ; y las payas. Tales manifestaciones musicales cobran vigencia en las fiestas populares como la vendimia, la trilla, los casamientos, el dieciocho y el rodeo , constituyendo estas últimas las más importantes y que concitan mayor número de participantes.Los bailes folklóricos de actual vigencia son la cueca, el corrido, la ranchera, y el vals, (es pertinente mencionar también la cumbia chilena) sin embargo, es importante mantener la reminiscencia de aquellas danzas que identificaron nuestros campos cuando se gestó la identidad huasa y que marcó sensiblemente a la comunidad chilena del siglo XIX - y que abarcó hasta mediados del siglo XX- cuyas tradiciones musicales aún se encuentran en la memoria de la gente en pequeñas localidades de la zona central. Estas danzas son el sombrerito, la mazamorra, el chapecao, la polka campesina, el pequén, la sajuriana, la refalosa, la jota y el gato, entre muchas otras. Los instrumentos musicales de mayor uso para estas fiestas son la guitarra; el arpa, cada vez más escasa ; el acordeón ; el tormento (caja de madera con sonajeros para percutir) y el pandero. Actualmente se está usando batería, bajo eléctrico y piano para el acompañamiento musical de la cueca.

LA CUECA CHILOTA


Aunque esencialmente esta variedad conserva las características principales de la cueca tradicional, las diferencias radican en que la música del baile chilote no presenta la copla inicial y el intérprete sobresale con su voz por sobre los instrumentos. Los pasos son más cortos y existe un zapateo redoblado.



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